SISTEMA NERVIOSO PERIFERICO

Al describir las vías de comunicación del SNP usamos los términos aferente y eferente para indicar respectivamente la información dirigida hacia el cerebro o hacia la periferia. La información periférica procede de los receptores y transita a las neuronas ganglionares sensitivas, que la transmiten como aferencia al SNC (Puelles, 2008, pág.4). El tipo de receptor implicara la modalidad sensorial percibida. Tras el procesamiento complejo en el SNC se produce la eferencia múltiple a través de los diversos nervios eferentes. Según los casos, estos pueden:
1.         Controlar la acción de los músculos de contracción voluntaria – acción  neuromuscular-.
2.         Modular la actividad autónoma de las neuronas ganglionares eferentes de los ganglios simpáticos o parasimpáticos. Éstas a su vez inervan los músculos involuntarios de las vísceras y los vasos sanguíneos–acción neurovegetativa-.
3.         Liberar ciertas neurohormonas en el torrente sanguíneo –acción neurohumoral- (Puelles, 2008, pág.4).
El sistema nervioso periférico puede se divide desde un punto de vista funcional en partes somática y vegetativa. La porción somática se refiere a los nervios aferentes, que nos informan respecto al estado de los receptores en la piel o en estructuras articulares o musculo esqueléticas (el soma o cuerpo animal), así como los nervios eferentes que inervan a los músculos de contracción voluntaria. La fracción vegetativa o visceral representa a nervios aferentes que informan respecto a receptores situados en las vísceras o en los vasos sanguíneos (el medio interno) y a los conjuntos de ganglios periféricos (efectores) que inervan los músculos de contracción involuntaria en los vasos, las vísceras e incluso en la piel (músculos pilomotores). Dado que este subconjunto del SNP contiene, a diferencia del otro, sus propias neuronas efectoras, posee la capacidad de actuar autónomamente sobre vasos y vísceras (y los pelos), aunque también pueda ser controlado desde el SNC. Por ello se le aplica el nombre de sistema nervioso autónomo (Puelles, 2008, pág.5).

El sistema nervioso autónomo es la parte del sistema nervioso que proporciona inervación a las estructuras involuntarias como el corazón, el músculo liso y las glándulas del cuerpo y se distribuye en todo el sistema nervioso, central y periférico. El sistema autónomo puede dividirse en dos: el simpático y el parasimpático. En ambos existen fibras nerviosas aferentes y eferentes (Snell, 2007, pág.5). En general, el tono parasimpático aumenta durante el bienestar o el reposo, facilitando la función digestiva y el trofismo corporal; las neuronas parasimpáticas liberan acetilcolina. El tono simpático aumenta en momentos de alerta o crisis corporal y durante el ejercicio, inhibiendo la digestión y situando a los sistemas cardiocirculatorio y respiratorio en condiciones de máxima eficiencia, las neuronas simpáticas liberan el neurotransmisor noradrenalina. Los vasos, las glándulas cutáneas y los músculos piloerectores sólo reciben inervación simpática. Las vísceras, en cambio, reciben doble inervación con efectos contrapuestos y su estado funcional en cada momento dependerá del equilibrio en el tono (Puelles, 2008, pág.8).


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